Loading...
Loading...
Loading...

¡Lamentable! Esta es la realidad de los pacientes en la sala de hospitalización del Hospital Jorge Reátegui

Piura, 13/08/2023

Las visitas a las personas internadas en el hospital Jorge Reátegui Delgado, aquel que está ubicado en la novena cuadra de la avenida Grau, comienzan a las 2 de la tarde, en punto, y concluyen dos horas después. Cuando éstas se hallan por finalizar se les escucha a los vigilantes caminar por los pasillos y en voz alta avisar que las visitas han terminado. Las despedidas son inevitables y los familiares de los pacientes sin muchas esperanzas de vida lo hacen con la resignación de quien sabe que a lo mejor para ellos no habrá un nuevo amanecer o un mañana.

El Reátegui no es uno de los hospitales más antiguos de Piura sino el más antiguo de los que hay en Piura. El año pasado cumplió 71 años de vida y apagará una velita más el mes entrante. Recorriéndolo se nota que el tiempo no pasa en vano. Deja sus huellas como en la piel de las personas. Y si a esto sumamos descuidos imperdonables de quienes lo dirigen y que están a la vista, ya estamos hablando de otra cosa o de cosas mayores.

Por allí se empieza

Para las visitas de los domingos, sólo existen dos puertas por donde ingresar. Una que da a la calle Otto Tonsmann y la otra que está a espaldas del hospital y mirando hacia el frontis del local del Asilo de Ancianos, también conocido como Santa Teresa Jornal, una religiosa muy controvertida en su tiempo, siglo XVI, por coger la pluma y dedicarse a escribir, sobre temas místicos, desde luego, y por defender su dignidad como mujer, su independencia y su capacidad intelectual. Digamos que fue una adelantada del feminismo de ahora.

Cualquiera que ingrese por una de aquellas dos puertas del mencionado hospital, sus pasos lo van a llevar directamente a una reducida y estrecha sala de hospitalización. Se nota que las carencias aquí son inocultables. Hay un hacinamiento de camas y los pacientes, que no saben cuando recibirán la visita de un médico, tampoco tienen donde bañarse, y, para utilizar el único inodoro que hay, todos ellos tienen que hacer cola o hacerse el pipí en la cama. O procurarse de pañales si se sufre de incontinencia urinaria.

Lo más probable es que dicha sala de hospitalización haya sido originalmente construida para otra cosa y no para la función que está cumpliendo ahora. Se infiere eso porque en esta parte del hospital, y ocupando el mismo pedazo de infraestructura, se encuentra también el auditórium y, a lado de éste, una pequeña capilla. Y para llegar hasta acá, si se ingresa por la puerta principal, hay que atravesar por dentro prácticamente todo el hospital y hacerlo a través de un largo corredor que muere justamente allí.

Todo un drama

No son los pacientes sino los familiares de éstos quienes aprovechan aquellas dos horas de visitas para lamentarse y quejarse entre ellos de lo que ven sus ojos en esta sala de hospitalización. Entre ellos, porque tampoco tienen a donde ir para desahogarse ni nadie que los escuche.

Pues si hubiese alguien en este nosocomio dispuesto a oírlos, a él le pedirían que vuelva a poner un pie en esa pieza para que corrobore que a ella también le falta más ventilación y más luz natural para quitarle, por lo menos, ese aire enrarecido que se respira allí.

Lo cierto es que lo descrito aquí es lo que realmente se ve, y qué otras cosas más habrá y de las que nada se sabe porque permanecen ocultas o no trascienden. Este hospital también necesita una lavadita de cara. Devolverle pulcritud. Recuperar sus áreas verdes, aquellas que tiene en su interior y son desaprovechadas, y usadas más bien para amontonar allí cacharros y trastos viejos. Y hay algo más. Reponerles a muchas de las sillas de ruedas que se usan en este hospital sus reposapiés. Para evitarle a los pacientes que se sientan en ellas la incomodidad de ser conducidos llevando sus pies en el aire. ¡Qué horrible!


Contacto

Av. San Ramón S/N Urb. San Eduardo

073-284600

anticorrupcion@regionpiura.gob.pe

Síguenos