El coronavirus ha expuesto las debilidades del sistema sanitario en el Perú. La falta de hospitales modernos, equipos especializados, camas, y personal de salud son solo una muestra de un problema tan antiguo como las infraestructuras de salud. En este contexto, la Red Investigativa Regional elaboró una radiografía de los principales proyectos y obras de nosocomios que están paralizados en el país, debido investigaciones por corrupción, incumplimiento por parte de los contratistas, irregularidades o fallas técnicas.
El análisis identifica 14 obras en siete regiones que no han sido concluidas. En conjunto estos proyectos están valorizados en S/1.924 millones.
En Piura, la región con la más alta tasa de letalidad en el país, existen tres hospitales que aún no concluyen pese a que empezaron en la gestión regional anterior. Se trata de los hospitales de Huancabamba, Ayabaca y Huarmaca, como lo explicamos en un informe anterior . En la actualidad esta región enfrenta la pandemia con hospitales colapsados y golpeados por el Fenómeno El Niño costero del 2017.
En Áncash se aguarda por la reconstrucción del Hospital La Caleta, valorizado en S/260 millones, y del Hospital de Alta Complejidad de EsSalud de Chimbote por S/474 millones.
En La Libertad, la construcción del Hospital de Pacasmayo, valorizada en más de S/71 millones (MEF) y que se ejecuta mediante un convenio entre Minsa y el gobierno regional, también se encuentra paralizada. Este proyecto debió finalizar en diciembre de 2019, pero en la actualidad tiene un avance de 78% según el MEF. El consejero regional Edwin Castellanos García indicó que los retrasos en la entrega del millonario proyecto están directamente relacionados con la demora en trámites presupuestales. “Hubo algunos problemas de coordinación, algunos temas económicos, no se habían depositado partidas y es por eso que la empresa paralizó. Llegaron a un acuerdo en aplazar el tiempo de ejecución y de culminación", señaló.
Aunque inicialmente la licitación la ganó el Consorcio Estrella, tras la anulación del contrato porque no subsanó algunas observaciones, este proyecto hospitalario de nivel II-E fue adjudicado en febrero de 2018 a la sucursal peruana de la trasnacional IBT Group. El alcalde del distrito de Pacasmayo, César Milla Manay, sostuvo que la implementación de este hospital hubiera facilitado la atención de pacientes con coronavirus.
En Arequipa, la región más próspera del sur peruano, tiene tres hospitales inconclusos pese a que empezaron a construirse hace cuatro años. Se trata de las obras de mejoramiento de los hospitales de Camaná, Chala y Cotahuasi, valorizadas en conjunto en S/189 millones, y que por contrato debieron estar concluidas el 2018. Sin embargo, como lo reveló OjoPúblico en enero de este año, las contratistas incumplieron sus obligaciones y el Gobierno Regional de Arequipa rescindió los contratos.
El hospital de Camaná está paralizado luego de que en diciembre del 2019 el gobierno regional resolviera el contrato con el Consorcio Salud Camaná II. No obstante, una de las empresas de dicho consorcio, Eralma Constructora, consiguió en enero de este año una medida cautelar contra dicha resolución. La entidad regional ha apelado, y mientras espera una decisión al respecto, la obra continúa paralizada.
El gobernador regional Elmer Cáceres dijo que el hospital, cuyo avance físico es del 67%, carece aún de servicios de agua, desagüe y energía eléctrica, y que no puede ser utilizado ni siquiera provisionalmente para atender a los pacientes con Covid-19. Añadió que pidió al gobierno que le autorice concluir el proyecto por administración directa, pero le respondieron que primero debe resolverse la medida cautelar.
Arequipa, la región más próspera del sur peruano, tiene tres hospitales inconclusos pese a que empezaron a construirse hace cuatro años. Se trata de las obras de mejoramiento de los hospitales de Camaná, Chala y Cotahuasi, valorizadas en conjunto en S/189 millones, y que por contrato debieron estar concluidas el 2018. Sin embargo, como lo reveló OjoPúblico en enero de este año, las contratistas incumplieron sus obligaciones y el Gobierno Regional de Arequipa rescindió los contratos.
El hospital de Camaná está paralizado luego de que en diciembre del 2019 el gobierno regional resolviera el contrato con el Consorcio Salud Camaná II. No obstante, una de las empresas de dicho consorcio, Eralma Constructora, consiguió en enero de este año una medida cautelar contra dicha resolución. La entidad regional ha apelado, y mientras espera una decisión al respecto, la obra continúa paralizada. El gobernador regional Elmer Cáceres dijo que el hospital, cuyo avance físico es del 67%, carece aún de servicios de agua, desagüe y energía eléctrica, y que no puede ser utilizado ni siquiera provisionalmente para atender a los pacientes con Covid-19. Añadió que pidió al gobierno que le autorice concluir el proyecto por administración directa, pero le respondieron que primero debe resolverse la medida cautelar.
“La falta de un hospital nos dificulta y afecta la atención. Hemos improvisado un centro de atención en el terminal terrestre, pero no está implementado. Necesitamos camas, balones de oxigeno, veladores”, dijo Enrique Neyra, director de la Red de Salud Camaná- Caravelí. Otra de las obras hospitalarias paralizadas en Arequipa es la del hospital de Chala, ubicado en la provincia de Caravelí. Según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) registra un avance del 98%, y todavía le falta los acabados y la implementación con equipos médicos. Guillermo Valcárcel, gerente regional de Infraestructura del Gobierno Regional de Arequipa, explicó que luego de rescindir el contrato con el Consorcio Chala II, alistaban un expediente técnico del saldo de obra para concluirlo por contratación directa, pero la emergencia sanitaria paralizó todo el proceso.
En Cusco también hay hospitales inconclusos. El hospital Antonio Lorena comenzó su construcción en abril del 2013, con un costo inicial de S/ 191 millones y buscaba beneficiar a casi medio millón de personas. La obra debía concluirse en octubre del 2014, pero actualmente está paralizada por corrupción. Su avance físico, según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) es de 64% y su costo ahora, luego de varias adendas al contrato, se ha incrementado en un 75%: S/ 335 millones.
Se trata de uno de los proyectos paralizados a causa de los actos de corrupción de las constructoras brasileñas involucradas en el caso Lava Jato. La obra fue adjudicada al Consorcio Salud Lorena, conformada por las empresas Dextre+Morimoto Arquitectos, Motlima Consultores y la brasileña OAS, y la supervisión estaba a cargo de la empresa Cesel. En junio del 2019, el equipo especial Lava Jato reveló que OAS había confirmado el pago de S/15 millones en sobornos relacionados con este hospital. Además, calculó que este proyecto ocasionó al Estado un perjuicio de S/231 millones.
En Andahuaylas, la provincia con más población de Apurímac, se comenzó la construcción de un nuevo hospital categoría II-2 para reemplazar al hospital Docente “Hugo Pesce Pescetto” en 2013. Esta nueva obra proyectaba atender a más de 200 mil personas y debía ser concluida en octubre del 2014, pero hasta hoy sigue paralizada.
La ejecución de este proyecto, valorizado inicialmente en S/59 millones, pero que ahora cuesta más de S/160 millones, fue adjudicado al Consorcio Andahuaylas, conformada por la constructora Mediterráneo, empresa que también integró un consorcio que ejecutó hospitales en Piura, y que ahora enfrenta denuncias de irregularidades. La obra del hospital de Andahuaylas tuvo 20 ampliaciones de plazo y está paralizado desde diciembre del 2018, cuando tenía un avance físico del 53%. En enero del 2019, el Gobierno Regional de Apurímac resolvió el contrato por “incumplimiento injustificado”, y ahora el caso está en arbitraje.
En Puno, también existen obras retrasadas: el Hospital Materno Infantil del Cono Sur Juliaca y el Mejoramiento de los Servicios de Salud del Hospital de Apoyo de Ilave, que debido a los casos confirmados de coronavirus en esta región, las autoridades evalúan habilitar para atender a pacientes con Covid-19. En marzo pasado, antes de la declaratoria de emergencia, la Fiscalía Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios de Apurímac intervino las oficinas del gobierno regional e incautó documentos relacionados con esta obra. El fiscal a cargo, Jorge Bandera Ninancuro, dijo a OjoPúblico que existen tres investigaciones fiscales en curso: una sobre el proceso de selección, otra sobre la ejecución contractual y una tercera investigación por la presunta irregularidad en el manejo de S/ 2 millones.
En Huánuco, el Hospital de Tingo María inició costando S/ 101 millones, pero en la actualidad la inversión pública ya supera los S/178 millones, es decir S/77 millones más que su presupuesto inicial. La construcción de este nosocomio de categoría II-2 está a cargo del gobierno regional, comenzó en el 2015 y debió concluir a finales del 2018. Sin embargo, la ahora la obra sigue inconclusa y paralizada desde el año pasado.
En plena ejecución de la obra se aprobó varias ampliaciones de plazo y adicionales; y en el 2016 la Contraloría halló una serie de deficiencias en la obra, como el uso de drywall en las paredes de áreas críticas, cuyo uso no estaba contemplado. El consorcio paralizó la obra en diciembre del año pasado, aduciendo una deuda no cancelada por la autoridad regional. La entidad, por su parte, resolvió el contrato por incumplimiento de obligaciones contractuales. De acuerdo al MEF, la infraestructura quedó con un avance de 93%. No obstante, el gobernador regional de Huánuco, Juan Alvarado Cornelio, señaló que este porcentaje es menor.