Piura, 20/03/2025 En medio de una creciente ola de violencia y descontento ciudadano, el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, fue recibido con abucheos y protestas en Lurín tras anunciar la captura de la banda criminal «Los Injertos de Villa». La indignación de la población se evidenció con gritos de rechazo e incluso el lanzamiento de piedras hacia el vehículo oficial del ministro, quien intentó abandonar el lugar en medio del caos. El detonante de la protesta fue la percepción de que la visita del ministro no respondía a una estrategia real contra la criminalidad, sino a una acción mediática para mejorar su imagen. «¿A qué ha venido? Solo quiere tapar el problema», exclamó una vecina de la zona. Sin embargo, lo que más encendió el malestar fue la actitud de Santiváñez, quien, en lugar de abordar las preocupaciones de la comunidad, respondió con un ‘beso volado’, un gesto interpretado como una burla hacia los manifestantes. El rechazo al ministro se ha intensificado en redes sociales, donde el hashtag #FueraSantivañez ha cobrado fuerza. La indignación también está vinculada al asesinato de Paul ‘Ruso’ Flores, vocalista de la orquesta Armonía 10, un hecho que ha avivado la exigencia de medidas urgentes contra la delincuencia. Diversas figuras públicas y ciudadanos han convocado una marcha nacional contra la inseguridad, programada para el 21 de marzo en la Plaza San Martín de Lima. A pesar de la detención de los presuntos integrantes de «Los Injertos de Villa», la población sigue demandando acciones concretas y efectivas en la lucha contra el crimen. La reacción del ministro Santiváñez ha dejado en evidencia una desconexión con el sentir ciudadano, generando aún más dudas sobre su gestión y su capacidad para enfrentar la crisis de inseguridad que azota al país.