La fiscal Ana María Altamarino Malabrigo, asignada al distrito de La Esperanza en Trujillo, ha sido destituida de su cargo tras un grave incidente en el que prefirió asistir a un compromiso familiar en lugar de cumplir con sus responsabilidades en el Ministerio Público.

El hecho ocurrió el 14 de junio, cuando cuatro sujetos armados asaltaron un vehículo policial con dos oficiales a bordo. Los delincuentes lograron despojar a los agentes de sus armas y se llevaron el vehículo de la Policía Nacional del Perú. Dos de los asaltantes fueron capturados en flagrancia y trasladados a la comisaría, donde se requirió la intervención de la fiscal Altamarino para proceder con las diligencias pertinentes.

Sin embargo, cuando fue contactada, la fiscal se negó a atender el caso, pidiendo no “estresarla”. A medida que el tiempo avanzaba y se acercaba el límite de las 48 horas para formalizar la detención, se le volvió a alertar sobre la urgencia del caso. Su respuesta, lejos de mostrar compromiso, fue una indignante declaración: “Mira yo ahorita no he dormido nada, estoy con el turno con mil detenidos, estamos dentro del plazo y entonces ahorita yo me estoy alistando porque necesito ir a saludar a mi suegro por el día del padre. También de verdad no tenemos vida”.

La falta de acción por parte de la fiscal permitió que los delincuentes, entre ellos un menor de edad, fueran liberados. Este caso fue expuesto por el programa periodístico Punto Final el último fin de semana.

Ante la gravedad de los hechos, la Fiscalía de la Nación decidió tomar medidas inmediatas y concluyó el nombramiento de Altamarino Malabrigo como fiscal adjunta provincial provisional del módulo básico de La Esperanza, en la región de La Libertad.